Cascadas y ríos

Este domingo, mis  amigos Carlos y Rafa me llevaron de paseo a Xico, un municipio del estado de Veracruz.  Para ir atravesamos la pintoresca carretera que lo une con Coatepec, otro municipio del estado, que se dice ser por excelencia la ciudad del café (en otro post hablaré sobre este municipio).

Como dato histórico, por este municipio paso el conquistador Hernán Cortés  en agosto de 1519 cuando se dirigía para México. Xico se ha vuelto un lugar atractivo para pasar las vacaciones ya que cuenta con unas cascadas (entre otras cosas) rodeadas por una magnifica vegetación, que vale la pena visitar.

Mural en donde se ve el recorrido de Hernán Cortés

Al llegar a Xico, mi amigo Carlos, nos llevó a un restaurante realmente lindo,  con una hermosa vista sobre el río Huhueyapan. Algo que me ha encantado de los restaurantes tradicionales mexicanos es que en la entrada están las señoras haciendo las tortillas, que además puedes degustar calientitas con diferentes tipos de salsas mientras esperas por una mesa.

Restaurante La Molienda

 La especialidad del restaurante son las truchas, las preparan de distintas maneras, pero yo opte por chile y limón, estaba realmente rica. Mientras comíamos oímos tocar un grupo de son jarocho, para los que no saben el son jarocho es  la expresión musical propia de la cultura jarocha (Se le dice jarocho a la persona natural de la ciudad de Veracruz). Se toca esencialmente en la fiesta tradicional de los jarochos llamada fandango jarocho, donde se combina con la danza zapateada y la poesía cantada. 

Luego de esta comida muy rica, bajamos al rio, y ya entusiasmados por seguir el recorrido agarramos el carro rumbo a las cascadas.

Carlos en el río Huhueyapan

Para ir a las cascadas hay que pasar por un caminito de tierra, lo bueno es que en el camino te venden botellas de toritos de diferentes sabores. El torito, es una bebida veracruzana, se podría asemejar al ponche crema, pero de consistencia más liquida. Se prepara con alcohol de caña y se encuentra de diferentes sabores, ya sea cacahuete (el más tradicional), hasta piña colada. Lo rico es que cuando pasas por los puestos, te dan a probar de los sabores que quieras, lo que te permite realizar una cata bastante rápida de torito.

Nos topamos con esta hermosa casa en el camino

Las cascadas de Texolo, son hermosas y vale la pena ir a visitarlas, lastimosamente no pudimos bajar a darnos un chapuzón ya que no estábamos preparados, pero espero regresar próximamente. De igual manera, ya con la vista que se tiene desde arriba, vale la pena el viaje.

Rafa y Carlos en ls cascadas

Rafita y yo en las cascadas

Cascada